Explicado el tema algo más técnicamente se puede decir que, cuando el Cuerpo Causal o cuerpo mental superior, (el vehículo o ‘la matriz’ de lo que será más tarde el nacimiento del Ego divino), está todavía casi ‘transparente’ al final de un ciclo racial humano (es decir que no contiene los ‘colores’ de las cualidades que otorgan las experiencias que darán nacimiento al YO autoconsciente), entonces, por Ley de Economía, la Mónada o Chispa Divina se retira de ‘la burbuja mental superior’ que había sido manifestada como receptáculo para las energías de las experiencias, y la disuelve. Esta “burbuja de materia mental” es el alma humana o alma individual, la cual, al no absorber cualidades positivas para el desarrollo de la conciencia causal, (debido a que la persona humana, ‘una tras otra’, nada han aportado en cualidad), termina disolviéndose al final del ciclo, liberando así a la Mónada o Chispa, la cual formará, en algún ciclo futuro, una nueva “burbuja manásica”, cuando las condiciones favorezcan tal evento; pero hay que entender que cuando la Mónada pierde el alma individual, que tanto trabajo costó llegar a gestar a través de la evolución infrahumana, esto significa haber perdido una preciosa oportunidad y significa tener que ‘comenzar de nuevo’… Por eso se dice que, la “segunda muerte” o muerte del alma humana (o disolución de la ‘burbuja mental individual’), debe ser evitada, y la forma de hacerlo es desarrollando la conciencia, con el sentido de la ética y la creciente adquisición de comprensión. “La salvación de las almas”, frase corrientemente empleada en el cristianismo, tiene que ver con este tema, que aquí se explicó desde un punto de vista esotérico.
Estas fueron aproximaciones conceptuales a un tema que requiere de minucioso estudio teosófico para esclarecerlo más plenamente, pero lo dicho aquí es suficiente como guía de estudio.
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