martes, 21 de enero de 2025

La rebelión de Lucifer



Utilizamos la conciencia interna de Alexis B. (pseudónimo del canal escribiente) para transmitir esta vez un concepto clave que los Estudiantes deberán discernir y digerir en su fuero íntimo, para no ser ya más confundidos por esas siniestras y astutas inteligencias anticrísticas que pueblan el Cosmos en sus regiones más densificadas (niveles físico, astral y mental).
Mucho se ha hablado últimamente del ANTICRISTO y también de “el Mesías Salvador que vendrá a derrotar al Anticristo”. Pues bien, es verdad y ya muchos saben, que en el Cosmos Sideral estalló una guerra hace cientos de millones de años; una REBELIÓN UNIVERSAL liderada por quien se conoció en la Tierra como Satán y Satanás (entre otros nombres…). Ese vocablo, Satán, significa “el adversario”, y se trata en realidad de un ente alienígena reptiliano muy poderoso entre los suyos. Pero Satanás no comenzó por idea suya la guerra en los cielos, sino que se dejó persuadir ideológicamente por un ser angélico serafínico, un ser ultraterrestre (es decir, perteneciente a una dimensión de existencia superior a la de la Tierra 3D), era un ser de alto rango en la Hueste Angélica, popularmente conocido como Lucifer (llamado Jaldabaoz en “El Libro Secreto de Juan”). Este ser dejó prevalecer a la ‘yoidad’ en él, por encima de sus principios innatos de Verdad y Bien, e hipnotizado por su propio orgullo y, basándose en una filosofía propia: la de “crear y gobernar como si fuera Dios mismo”, o más bien… “mejor que Dios”, inició una invasión, incontrolable al principio, en los ‘mundos probéticos de la conciencia’.
La Tierra era uno de esos mundos, un “PLANETA-LABORATORIO” para la gestación y generación de un Hombre Nuevo universal, con renovada y superior consciencia, que tuviera la capacidad de integrar en sí mismo las dos fuerzas: Luz y Oscuridad, para, durante el curso experiencial y evolutivo, poder salir victorioso finalmente de esa contienda interior, es decir, resolviendo en sí mismo el conflicto filosófico existencial y vivencial de la dualidad, que es el conflicto que vuelve a aflorar (aunque un poco diferente cada vez) en cada Macro-Manvántara o Gran Ciclo Universal.
Durante la insurrección, las fuerzas crísticas operantes, es decir las que siguen el Propósito supremo de la Voz emitida desde la Fuente Central Universal, que es la Fuerza Solar de la Vida Cósmica, mantuvieron su posición de apoyo al sistema de la EVOLUCIÓN NATURAL regida por leyes y principios cósmicos e impulsada por Inteligencias Solares, mientras que muchas otras fuerzas declinaron del Orden Universal y siguieron la contagiosa voz de Lucifer, que les prometía un universo con libertades basadas en el dominio de los inferiores y más débiles…
Pues bien, las cartas estaban ya echadas sobre la mesa del gran juego de la existencia, y todos en el Universo Local (Nebadón) tomaron su posición en uno de los dos lados del conflicto. Así quedaron ordenadas “las dos fuerzas” una vez más, como en ciclos universales anteriores, y todo comenzó y volvió a girar una vez más… Otra vez la lucha, la disputa, la violencia y la guerra en las regiones más materiales (ya que en las supremas y espirituales, no hay dualidades ni conflictos).
De un lado quedó un extremo de la Fuerza llamada Lucifer, Satanás, el Diablo y “El Anticristo”, y del otro lado quedó la Fuerza basada en el AMOR (la única Fuerza verdadera y atemporal) y sus aspectos conocidos como ‘el Bien mayor’, ‘la rectitud’, ‘la Paz’, ‘la concordia’, ‘la fraternidad’ y ‘la prosperidad’, fuerza personalizada en la idea de “EL MESÍAS”. En todas las religiones existe la ideología de estas fuerzas en oposición, tomando diferentes designaciones, y en todas las filosofías existe “el problema del Bien y el Mal” interpretado desde diferentes puntos de vista. Nosotros llamaremos aquí a tales fuerzas en forma impersonal, como: ‘FUERZA SOLAR’ y ‘FUERZA ANTISOLAR’.
La oposición de estas dos fuerzas fue lo que perduró por mucho tiempo, y esa misma oposición, que caló en razas y pueblos enteros del Cosmos, llegó al interior del Hombre mismo en la Tierra. El hombre terrícola fue el resultado (hasta ahora…, ya que el hombre aún está en proceso de construcción de su naturaleza más refinada) de la acción de muchos seres del Universo.
En la manifestación del ser humano en la Tierra intervinieron inteligencias de ambas fuerzas: solares y antisolares. Es por este motivo que el hombre terrestre tiene ahora la contienda cósmica ancestral dentro de sí mismo; es decir que en su propia memoria genética tiene insertada la guerra entre las dos fuerzas, estando ‘la fuerza solar’ representada por su propia dúada espiritual (‘Atma-Buddhi’, y ‘Manas superior’ conformando su Tríada), y ‘la fuerza antisolar’ representada por su 4to principio: ‘kama’ (la energía del deseo carnal, la sensorialidad, las pasiones humanas, etc.) que, en unión con manas inferior conforma el yo inferior o centro ilusorio de conciencia (kama-manas).
Todo esto, aunque a algunos estudiantes les pueda costar entender al principio, ‘así debía suceder’, es decir que las cosas sucedieron según los designios del más elevado Plan Solar: llevar la crisis de la yoidad, que había sido la causa de tantas guerras en ciclos pasados…, hacia la interioridad del prototipo humano en evolución y desarrollo en los planetas-probeta (8, entre los cuales estaba el Globo-Tierra).
Ese Plan Cósmico evolutivo (el del ‘Universo Local’ o Supercúmulo galáctico local) se delinea en el secretísimo Concilio Solar Universal, para ser luego llevado a concilios en donde participan otras Inteligencias jerárquicas de galaxias y estrellas, para lograr amoldar EL PLAN CÓSMICO a sus propias galaxias y sistemas solares y planetarios.
El Serafín rebelde se opuso a esta manera de operatividad porque quería ser él mismo quien delineara los planes de creaciones futuras en vastas regiones del Cosmos, sin seguir los lineamientos de Sabiduría Solar Original y Eterna.
Es así como LA GRAN REBELIÓN, que al principio se libró en el Cosmos, en el espacio, se trasladó a los ‘planetas-laboratorio’ en donde se desarrollaba ‘EL GRAN EXPERIMENTO GENÉTICO Y DE LA CONCIENCIA DEL HOMBRE NUEVO’. Esto así debía suceder, para que el hombre terrestre tuviese cara a cara a la gran Sombra rebelde y pudiese enfrentarla y vencerla en el terreno más propicio y neutral: ‘dentro de sí mismo’.
La lucha en la Tierra comenzó hace millones de años y se entabló en la época de la raza Atlante, en sus distintos estamentos y áreas de la vida en aquellas civilizaciones nacientes, pero el principal terreno de lucha fue LA PSIQUIS (el cuerpo de deseos y la mente), y las herramientas del ‘Guerrero Solar’ siempre fueron la FE y el DISCERNIMIENTO, además de ‘la Intuición despierta’ (la Voz de la conciencia espiritual).
Estudiantes: No olviden estas enseñanzas y sepan ver y reconocer qué pensamientos, sentimientos y actos son de la Luz y manifiestan elevación, y cuáles manifiestan oscuridad, ignorancia y dolor. Y recuerden también que el Mal se disfraza de Bien para confundir y ganar prosélitos.
Recuerden también que ‘el MESÍAS está dentro de cada uno de vosotros’. No lo esperéis externamente, porque, aunque un evento externo pueda acontecer en esa dirección, lo esencial es que entendáis que nadie vendrá “a salvar” a la Humanidad desde afuera, ya que el Hombre tiene la misión de salvarse a sí mismo venciendo a la Sombra luciferina que lleva en su propia psiquis inferior. Tal es el sentido de la Enseñanza Esotérica, lo cual se sintetiza así:
‘EL ANTICRISTO’ es el llamado y atracción de vuestro cuerpo de deseos hacia los goces materiales y sensoriales sin frenos ni medida, y es vuestra propia mente oscurecida por pasiones bajas, mentiras, autoengaños y sed de venganza; mientras que ‘EL MESÍAS’ es vuestra mente iluminada por vuestro Buddhi-Atma (Cristo en vosotros), la región Monádica-espiritual, la cual os señala un sendero de rectitud en todo sentido y forma.
Con esta comprensión, podréis proclamar entonces:
“Yo Soy la Presencia Solar que vence con Su Luz y claridad toda sombra astral-mental y todo vicio y error en mis cuerpos inferiores.”
“Yo Soy el Mesías en mi alma brillando como un Sol espiritual, rigiendo mi mente y mi destino.- Amén”.
Paz para todos los que siguen la vía del Bien.

INSTRUCTOR INTERNO

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